Estaba esperando al médico, hoy me daban los resultados
de las pruebas que me hice el otro día, lo cierto es que me empezó a doler muchísimo
la zona de la pelvis desde hacía ya un año o así, pero con unos antibióticos se
me pasaban, no le di más vueltas, pero desde hace meses sangraba, y no era por
la regla.
Y ya hace unas semanas decidí volver al medico, a que me
hiciera algunas pruebas.
De pronto apareció el médico con rostro serio, muy serio.
Carlos: Irene, ¿Desde cuando no te haces pruebas?
Irene: Pues 3 o 4 años.
Carlos: Siento decirte que tienes un cáncer vaginal…
Abrí los ojos como platos, mi corazón se iba a salir.
Carlos: Lo tienes muy extendido, así que siento decirte,
que tendremos que hacerte más pruebas para ver si, ha sucedido la metástasis.
Irene: Pero…
Carlos: Si hubieras venido hace tiempo, esto se hubiera
podido contrarrestar.
Irene: ¿Me estás diciendo que…?
Carlos: Probablemente no tenga solución…
Irene: Me voy a morir…
Mis lágrimas salieron descontroladas.
Carlos: Yo, no sé que decirte, en estos momentos lo mejor
será que te ingresemos y empezos a hacerte todas las pruebas para saber si esto
tiene solución.
Irene: No, yo me voy a mi casa, con mi familia, si me voy
a morir, quiero que al menos mi hijo haya estado todo el tiempo posible con su
madre.
Carlos: Pero Irene, créeme que no es lo mejor.
Irene: Gracias por todo, ya le llamaré.
Me limpie las lagrimas y me fui para casa, tenía que decírselo
a Alexis.
Allí sólo estaba él, era pronto para que Erik estuviese.
Alexis: ¡Hola cariño! –Se acercó a mi y me beso.
Irene: Alexis, tengo que hablar contigo…
Alexis: ¿Qué pasa?
Mi cara, era un poema, creo que mis ojos se cerraron y
mis lagrimas no dejaban abrirlos.
Alexis: Cariño, no me asustes.
Irene: Alexis, tengo…
Alexis: ¿Qué tienes?
Irene: Cáncer.
Me miró incrédulo, se sento en el sofá y cerró los ojos.
Irene: Yo…
Alexis: ¡NO!
Irene: Lo siento, me lo han dicho hoy.
Alexis: ¿Por qué no m has dicho nada de haber ido?
Irene: Alexis, es un cáncer y está extendido, yo no sabía
nada.
Alexis: ¿Cuándo empiezas el tratamiento?
Irene: Pues, no lo empiezo.
Alexis: ¿Cómo que no?
Irene: Que no Alexis, que no pienso pasar mis últimos días
encerrada en un hospital.
Alexis: Irene que si no tienes tratamiento te puedes
morir.
Irene: ¡QUE NO! He dicho cojones, llevo ya muchos años
con la mierda esta y ahora no se a ir.
Alexis: ¿Qué te ha dicho el medico?
Irene: Lo que te he dicho a ti.
Alexis: Irene, por favor, vamos al hospital y que te
ingresen.
Irene: Mira, no te lo vuelvo a repetir.
Alexis: Pero Irene, ¿Me vas a dejar solo con Erik, lo
sabes no?
Irene: La solución sería retroceder y haber ido hace 3 o
4 años a hacerme pruebas, ya no se puede hacer nada, no me quiero morir, pero
eso no va a servir para nada.
Alexis: Irene por favor.
Irene: Lo siento, me he pasado por una agencia de viajes,
tengo reservas para Disneyland, nos vamos pasado mañana con Erik, quiero
disfrutar de mi hijo todo lo posible, y de ti también.
Vi como sus lágrimas salían.
Le abrace muy fuerte.
Alexis: No puede ser, dime que es una broma por favor.
Irene: Venga cariño, que yo no quiero sufrir, tienes que
entenderme.
Alexis: Vamos al medico, que me lo explique a mi.
Irene: Alexis…
Alexis: Si de verdad no hay solución, toma la decisión que
quieras, peor si solo hay una posibilidad entre cuatro millones lucharemos
hasta el final.
Irene: Que cabezón eres…
De nuevo volvimos a la consulta del Doctor, le estuvo
explicando todo acerca de la enfermedad, cuales serían las causas y las
soluciones.
Pero sinceramente él nos dijo que hoy en día si se coge a
tiempo hay posibilidades de salir, pero después de muchos años, es casi
imposible.
Así que me salí con la mía, tomaría mis últimas
vacaciones, amargas palabras para una persona que apenas llega a los 30 años de
edad.
Quizás por cosas así, uno dice que siempre hay que
aprovechar día a día, y decirle todas
las personas que te rodean que las quieres, por si algún día cuando te
levantes, ya no están.
O quizás tú no volverás, no se que habrá después de la
muerte, pero ahora no me preocupa lo más mínimo, quiero divertirme el fin de
semana en Disneyland y cuando llegué el momento, estaré preparada para lo que
me venga, y así es como yo me tomo todo esto.
Lo peor sin duda, no ver crecer a mi hijo, y lo que es
más doloroso aun, perderlo todo sin haber podido disfrutar de todo lo que amo.